miércoles, 18 de noviembre de 2009

SENSACIONALISMO


Lo que está en la base del periodismo sensacionalista es la finalidad común del lucro; ella es la que determina todo su accionar y, por ello, resulta poco fructífero pretender agotar el examen del fenómeno desde una perspectiva moralizante.
Además, si el sensacionalismo vende es precisamente porque muestra las contravenciones a la moral social, aparte de que él mismo se ofrece como una contravención al tiempo de ser visto como una posibilidad de obrar o pensar en oposición a lo socialmente establecido. Ahí radica su "encanto".
El "gancho" que utiliza no puede ser otro, en consecuencia, que tratar narrativamente aquello que mueva la curiosidad y las pasiones de sus destinatarios. ¿Y qué más podría ser esto sino la violencia, el sexo y la privacidad de los otros, sean esos otros famosos o no?
"El discurso sobre la violencia coincide así, pues, con el discurso sobre el sexo. Los dos se juntan en la prensa sensacionalista en torno a las tres ‘S’ (sexo, sangre, sensacionalismo), siendo la muerte el colmo de lo inefable, la tentación suprema de lo indecible"
En lo concreto, el "menú" sensacionalista comprende notas de crónica roja y Revelaciones de la intimidad ajena, adosadas con una profusión de fotografías o dibujos que exponen a los personajes o las escenas sangrientas o comprometidas de los hechos y con una pródiga exhibición de cuerpos femeninos semidesnudos (y a veces igualmente masculinos) en poses provocativas. A ello suelen sumarse notas del mundo de la farándula y el deporte aparte de pasatiempos.

Objetivos :


Objetivos generales:
· Estudiar las nociones del periodismo sensacionalista en televisión.
· Reconocer las noticias de interés humano como objeto en el análisis del sensacionalismo.
· Observar las características propias de las prácticas sensacionalistas en la televisión paraguaya

Objetivos Específicos:
· Reconocer características propias del periodismo sensacionalista en las crónicas de interés humano en televisión.
· Describir su modo de inserción en los noticiarios televisivos.
· Distinguir los elementos que se utilizan en la producción de noticias de interés humano.
· Seleccionar los factores determinantes de la técnica periodística sensacionalista a ser utilizados en la investigación.

Factor Politico

A partir de 1997, tanto los seguidores como los críticos de los diarios chicha han coincidido en denominarlos prensa basura, y se han convertido en los diarios más controvertidos del país. Sin embargo, este suceso no se debió tanto a sus diarios tirajes. Los diarios chicha se separaron repentinamente del cotidiano humor chabacano de entretenimiento para introducirse en un enmarañado político, sin precedentes en la historia de la prensa nacional. Fue así como durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), se utilizó a un grupo de diarios chicha para levantar la imagen y favorecer las obras del entonces presidente, creando caos y confusión entre la opinión pública. Como se comprobaría posteriormente, Fujimori y su ex asesor Vladimiro Montesinos subvencionaron y pagaron grandes cifras de dinero a los dueños de estos diarios con el fin de difamar en las primeras planas a todo aquel que representara la oposición. Las noticias que aparecían a diario eran nada menos que un show circus.Las portadas y contenidos de ocho diarios chicha se caracterizaban por una evidente tendencia pro gobiernista, atacando no solo a la oposición sino también a periodistas que fueran contrarios al régimen. De la misma manera, algunos canales de televisión se unieron a las maniobras sucias del Gobierno exaltando una actitud favorable y condescendiente frente a la ex dictadura.



Problematica del Sensacionalismo



Si algo preocupa allí donde opera el sensacionalismo es la cuestión nunca resuelta del todo de sus presuntos efectos en el incremento de las tasas de violencia y criminalidad, en la incitación al sexo descontrolado o, en contraste, en su función educativa y ejemplarizadora (cuando muestra las consecuencias de las conductas no admitidas socialmente).
Esta problemática remite de modo necesario a las visiones teóricas que existen en torno a la influencia de los medios masivos en general, las que pueden ser sintetizadas en siete fundamentales: la de la "aguja hipodérmica", la de la influencia social, la difusionista, la de usos y gratificaciones, la del análisis del cultivo, la del establecimiento de agenda y la de las mediaciones.
La larga discusión no siempre fundada en pruebas experimentales que cruzó gran parte del siglo que ya concluye se distinguió por una creciente relativización del supuesto poder omnímodo de los mass-media. Así, de la creencia inicial en que los medios "inyectaban" su influencia directamente a las mentes de los receptores se ha pasado, por un matizado proceso de reconocimiento de la complejidad de la exposición de los individuos o grupos a los medios y sus contenidos. De esa forma se fue transitando hasta el momento actual en que se piensa incluso en la dilución de los supuestos efectos de los mensajes masivos dado que éstos últimos no sólo que deben atravesar el dinámico tamiz de lo sociocultural sino que son normalmente resignificados por los receptores a la luz de sus circunstancias contextuales, sus experiencias y necesidades.
Planteado así el problema, y en la medida en que la evidencia empírica reunida es sumamente insuficiente, lo que aparece cada vez más pertinente es la consideración de que es indispensable examinar y comprender una verdadera trama de condiciones de diverso orden (sociales, psicológicas, culturales o tecnológicas, p. ej.) para recién emprender un estudio riguroso y fiable de los posibles efectos de la información masiva, y más aún de aquella caracterizada como sensacionalista.







Lenguaje Popular


Lenguaje simplificado del producto sensacionalista sirve para reforzar la fusión entre el público y la historia ofrecida. Además, busca incluso legitimidad de representación de las poblaciones periféricas a través a través del uso del lenguaje coloquial, de las palabrotas, de la jerga, como si esta práctica caracterizara el compromiso con los intereses, los gustos y las expectativas populares. En los programas sensacionalistas el modo de hablar está lleno de jerga que subraya la originalidad (creatividad) y la identificación con las clases populares.Se tratan problemas familiares y triviales de las personas comunes. Los contenidos y la forma que usan los reporteros implican al telespectador en la historia, lo que le convierte en alguien aparentemente activo, como si se tratara de una realidad conocida, lo que permite al individuo diferenciarse de la televisión. La materia estimula y lleva a las personas al interior de la acción, como participantes de la escena.Lo sensacionalista en relación con la situación de violencia y criminalidad, especialmente entre los marginados, está marcado por la sensación de impunidad y de inseguridad, por la falta de esperanza de que el Estado resuelva la situación. Se trata de un discurso que oscila por una parte en intentar indicar las causas de la violencia y la falta de seguridad, exigiendo soluciones a las autoridades, y por otra mostrar los crímenes, los bandidos, la policía en acción, las cárceles y los disparos, implicando a los marginados, a los pobres, a los chabolistas y parados. Dentro de este contexto el discurso se hace ambiguo en la medida que puede permitirse tener significados diferentes. El lenguaje popular que pretende identificarse con el discurso del pobre y exigir sus derechos refleja el mundo de los marginados y los chabolistas como un mundo violento, mafioso y potencialmente criminal. Las clases populares aparecen siempre representadas como peligrosas, excesivamente simplificadas y violentas. Clasificar a las personas y los grupos que tienen comportamientos transgresivos agudizan y valora la violencia, el desorden y la criminalidad; caracteriza a los habitantes por ocupación, por perversiones discurso que exalta la negatividad de las clases peligrosas presupone la omisión de cuestiones sociales, políticas y económicas, y por tanto la omisión de las causas de la miseria creciente.



Antecedentes del Sensacionalismo

Llámese sensacionalista a una característica del periodismo que resalta todo lo escandaloso, indiscreto y muchas veces negligente de una noticia que por lo general se presenta irrelevante.Uno de los aspectos que hace de la prensa chicha muy singular en América Latina es su conexión con la cultura de masas que se originó en Lima. Esta cultura -llamada chicha- representa un grupo de costumbres de una subcultura limeña, y que un grupo de la prensa adoptó para crear un nuevo estilo de entretenimiento. Es así cómo se ha denominado chicha -quizá por su relación con lo indígena- a una manifestación cultural que tiene que ver con la presencia de grupos de pobladores andinos en la capital de Lima. El desplazamiento de estos pobladores se inició en los años 50 del siglo pasado y, a través de décadas y de nuevas generaciones, estos grupos fueron creando paulatinamente su propia manera de vivir; una subcultura con nuevas costumbres, tradiciones, música, etc. La palabra chicha es además usada peyorativamente para describir o adjetivizar algo de mal gusto, baja calidad o insignificante.Aunque los primeros visos de sensacionalismo en la prensa se dieron en los años 50 con el tabloide Ultima Hora, como lo señala el profesor en periodismo Juan Gargurevich, no es sino a partir de los 80 cuando la ola de la prensa chicha comienza a hacer furor en la sociedad limeña.
No obstante de que las manifestaciones de carácter sensacionalista presentes en los impresos de divulgación pública pueden ser remontadas aun al siglo XVI con las gacetas alemanas y francesas que incluían notas sobre crímenes, dramas familiares y chismes de la realeza, fue sólo en la segunda mitad del XIX que se las asumió en esa condición, es decir, como expresiones de una manera particular y deliberada de hacer periodismo. Esto ocurrió principalmente en Francia, Inglaterra, Alemania y en los Estados Unidos de Norteamérica.
En el caso estadounidense, que es el que mejor ilustra el desarrollo de esta forma periodística, la competencia por mantener y luego incrementar los niveles de venta de la prensa diaria llevó a que se apelara a la fórmula del escándalo, inclusive producto de la simple invención, para alcanzar tales propósitos.
Ese tipo de práctica desinformadota se institucionalizó y no sólo fue empleada por las empresas periodísticas para asegurar sus intereses comerciales sino igualmente por los Estados, en especial en circunstancias de crisis políticas. Así, la agencia noticiosa internacional Associated Press inventó en 1944 un ataque nazi contra una flota mercante brasileña en el Océano Atlántico que impulsó al gobierno de Brasil a hacerse parte de las naciones aliadas contra Alemania y, poco después, tras la victoria de la revolución cubana en 1959, difundió en más de cuarenta oportunidades versiones falsas sobre una supuesta muerte del líder de ese movimiento, Fidel Castro.
Fue también en la década de 1950 cuando surgieron en Italia los paparazzi, fotógrafos inclementes –presentes hoy casi en todas partes- que se ocupan de obtener tomas comprometedoras de la privacidad de personajes públicos para venderlas a publicaciones sensacionalistas. Casi siempre lo hacen a escondidas, empleando teleobjetivos y en el marco de verdaderas operaciones de espionaje y persecución como la que en julio de 1996 le costó la vida a la princesa Diana de Inglaterra.
Actualmente, entonces, el modo sensacionalista es tanto algo que nutre publicaciones o programas especializados en lo que escandaliza en todas las regiones del mundo como un componente de la prensa y los noticiarios considerados "serios", que hacen sensacionalismo sin decirlo o, mejor, sin querer reconocerlo.

Sensacionalismo


El periodismo sensacionalista extrae del hecho, de la noticia, su carga emotiva y provocadora y la exalta. Construye casi una nueva noticia que se vende por sí misma. En ese género de periodismo, lo más importante es el eslogan publicitario, que induce al lector o al telespectador a leer o a ver (comprar) por solicitación, por sensación, por impacto, por curiosidad, ya que el desarrollo de la materia no añadirá nada por encima de lo que ya se ha anunciado. De forma contraria al periodismo serio, el periodismo sensacionalista se presta a informar al máximo posible para satisfacer las necesidades instintivas del público, por medio de formas sádicas y espectaculares1, ridiculizando a las personas. Las materias tienen todo el tiempo y la duración necesarios con tal de mantener al receptor interesado en lo que se le muestra, conservando así la audiencia. Finalmente, podemos decir que el sensacionalismo está ligado más al mercado de la información, pues se crean, en efecto, centros para la difusión de escándalos, de crímenes y de soluciones ilusorias para los problemas de la sociedad, reforzando la identificación del telediario sensacionalista con productos de consumo. No se puede negar que en este género de periodismo la información no está presente, o no admitir que el periodismo así llamado serio es totalmente libre para asumir características típicamente sensacionalistas además de espectaculares.