miércoles, 18 de noviembre de 2009

SENSACIONALISMO


Lo que está en la base del periodismo sensacionalista es la finalidad común del lucro; ella es la que determina todo su accionar y, por ello, resulta poco fructífero pretender agotar el examen del fenómeno desde una perspectiva moralizante.
Además, si el sensacionalismo vende es precisamente porque muestra las contravenciones a la moral social, aparte de que él mismo se ofrece como una contravención al tiempo de ser visto como una posibilidad de obrar o pensar en oposición a lo socialmente establecido. Ahí radica su "encanto".
El "gancho" que utiliza no puede ser otro, en consecuencia, que tratar narrativamente aquello que mueva la curiosidad y las pasiones de sus destinatarios. ¿Y qué más podría ser esto sino la violencia, el sexo y la privacidad de los otros, sean esos otros famosos o no?
"El discurso sobre la violencia coincide así, pues, con el discurso sobre el sexo. Los dos se juntan en la prensa sensacionalista en torno a las tres ‘S’ (sexo, sangre, sensacionalismo), siendo la muerte el colmo de lo inefable, la tentación suprema de lo indecible"
En lo concreto, el "menú" sensacionalista comprende notas de crónica roja y Revelaciones de la intimidad ajena, adosadas con una profusión de fotografías o dibujos que exponen a los personajes o las escenas sangrientas o comprometidas de los hechos y con una pródiga exhibición de cuerpos femeninos semidesnudos (y a veces igualmente masculinos) en poses provocativas. A ello suelen sumarse notas del mundo de la farándula y el deporte aparte de pasatiempos.

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